jueves, 10 de febrero de 2011

Platón
Platón nació en el seno de una familia aristocrática ateniense hacia el año 427 a.C. Durante su juventud estuvo en estrecho contacto con Sócrates, un pensador algo excéntrico que, sin haber escrito nada, le imprimió un nuevo rumbo a la filosofía de su tiempo.
Sin embargo, existe un momento en la historia de Platón, en el que se aleja de su maestro. Pronto comienza a descartar sus ideas y a exponer las propias como una manera de contradecir a Sócrates.
Después de la muerte de Sócrates un grupo de seguidores mantuvo viva su viva su memoria escribiendo y difundiendo “conversaciones socráticas”. A este grupo pertenecía Platón, el más fecundo de dichos escritores. Si bien al comienzo Platón compuso diálogos que probablemente recrean la figura del Sócrates histórico, paulatinamente fue poniendo en boca del personaje llamado “Sócrates” sus propias ideas. A fin de llevar a cabo su ideal de que el poder político fuese ejercido por quienes poseen el saber filosófico, Platón viajó en tres ocasiones a la corte de Siracusa donde sus esfuerzos por lograr que los gobernantes ajustaran sus actos a los dictámenes de la filosofía fracasaron totalmente.
Al regresar a Sócrates, dice, igual que él, que cualquier conocimiento debía justificarse de manera racional, debía haber una explicación lógica. Y así, surge como consecuencia el estudio de la lógica y de la razón. Así surge “el mundo de las ideas”, el cual intentaba explicar qué forma tenía un fenómeno.  En el libro VII de la República, Platón narra lo siguiente: En una caverna oscura están varios prisioneros atados, desde la infancia; no pueden ver la luz del día ni los objetos y las personas del exterior. Sólo captan unas sombreas que se proyectan en el fondo de la caverna; afuera hay un camino, y, más lejos, un fuego, que origina estas sombras. Unos de los prisioneros escapa y, al principio, queda deslumbrado por la luz del día. Poco a poco se acostumbra a ver y a mirar, maravillado, los objetos y personas que antes ni sospechaba. Vuelve con sus compañeros, pero éstos no creen lo que les narra; están convencidos de que la única realidad es lo que ven en el fondo de la caverna. La explicación del mito es como sigue: Los prisioneros representan a la mayor parte de la humanidad; la caverna es este mundo sensible; el exterior es el mundo intelectual de las Ideas; el fuego representa la Idea más perfecta, que es el Bien. En este mundo se capta, sensiblemente, sólo las sombras de la verdadera y perfecta realidad, que está en un mundo aparte, invisible a nuestras captaciones cotidianas. El prisionero que se escapa es figura del filósofo, que tiene la intuición de las Ideas. Pero su enseñanza entre la gente queda simbolizada con el  desprecio de los demás prisioneros ante sus narraciones acerca de un mundo superior.
Según esta teoría:
Una idea tiene una esencia     ser      entonces existe       las cosas existen si tienen una esencia
Las ideas que defendía Platón eran: la sabiduría, la bondad, la belleza, la justicia y el valor. Y todo esto existe, ya que Platón lo demostró, pues las esencias están en el alma, según lo que él decía.
En sus viajes a Sicilia, Platón trabó amistad con grupos de pitagóricos del sur de Italia quienes despertaron y estimularon su interés por las matemáticas. De regreso a Atenas después de su primer viaje, Platón fundó la Academia, un centro de estudios al cual acudían los jóvenes. Uno de ellos fue un talentoso adolescente procedente de Estagira llamado Aristóteles. Platón enseñó en la Academia hasta su muerte en el año 347 a.C.
El objeto de estudio de Platón era buscar siempre la justicia. Y él definía el término de justicia como el hecho de obtener en la vida lo que uno se merece. Platón sabía que tenía la capacidad de mover masas, así que esto, el concepto y la definición de Justicia, lo decía para que todos fueran capaces de hacer el bien sin esperar algo a cambio. Para él lo importante era obtener placer con el simple hecho de hacer las cosas. Decía que no había que hacer el bien para recibir fama.
Platón escribió también acerca de la epistemología, la que él consideraba como el estudio del conocimiento, y este estudio del conocimiento, unos cuantos siglos después dio origen a la psicología cognitiva.
Luchaba contra el escepticismo, y así fue que la gente empezó a creer lo que no podía percibir, pero pronto se retracta. Comienza a buscar que la gente crea en algo (contra lo que él mismo había creado) pues la gente comenzó a comportarse sin temor a Dios.
Platón es el responsable de crear el “Realismo”. Este fue fundado por el mundo de las ideas y su comprobación. Para él las ideas existían realmente como objetos no físicos.
En uno de sus escritos, Platón hace una metáfora de cómo creía él que estaba constituida la mente de un hombre. Para él el hombre era jalado por dos caballos. Había un caballo desbocado, que era lo que Platón denominaba como “alma apetitiva”, había también un caballo de buen porte, para él, el “alma irascible”, y quien llevaba las riendas y podía y debía controlar a los dos caballos, era el “alma racional”.
En resumen, las características de las Ideas son opuestas a las de las cosas del mundo sensible. Las Ideas son subsistentes (existen independientemente de la materia y del conocimiento), perfectas, eternas, inmutables, espirituales, inteligibles, universales. Por contraposición, las cosas de este mundo son una participación de las Ideas, y son imperfectas, temporales, mudables, materiales, sensibles, singulares.





Aristóteles
Aristóteles nació en 384 a.C., en Estagira (Macedonia), y murió en 322. Fue el más famoso discípulo de Platón, preceptor de Alejandro Magno, y fundador de una nueva escuela filosófica, llamada el Liceo.
Su pensamiento es sistemático, ordenado, y escrito en un estilo árido completamente opuesto al de su maestro Platón. De primera importancia, en la línea central de su pensamiento, es la oposición contra el Idealismo platónico. En este sentido se menciona a Aristóteles como prototipo de pensador realista. El centro de la filosofía aristotélica está en la sustancia, verdadero ente real, que captamos entre nosotros y que existe independientemente del conocimiento. Busca la razón y la verdad a través de la observación empírica. Todo lo que se puede comprobar, será cierto.
Aristóteles se formó como médico y biólogo naturalista, y así, él decía que el hombre debía estudiarse desde la biología. Era un filósofo dualista. Decía que el alma y el cuerpo son dos entidades diferenciadas, y retoma de Platón que el alma es inmortal y el cuerpo es corruptible.
La teoría de las Ideas de Platón fue objeto de duros ataques por parte de Aristóteles. Desde el punto de vista del conocimiento, rechaza la existencia de ideas innatas. “Todo lo que está en la inteligencia ha pasado por los sentidos”, reza su famoso lema. El conocimiento intelectual se obtiene a partir del conocimiento sensible, y no es que éste sólo sirva como ocasión para que surja la idea, sino que el dato sensible trae consigo los datos inteligibles, los cuales son inadvertidos por los sentidos, pero, luego, iluminados y captados por la inteligencia. Éste es grosso modo el proceso de la abstracción.
El realismo de Aristóteles consiste, pues, en el rechazo de un mundo separado de Ideas identificadas como el autentico valor y ser. Lo verdadero, lo real, lo valioso, es este mundo, y allí hay por lo menos dos estratos, cognoscibles por los sentidos y por la inteligencia, respectivamente.
Las sustancias de este mundo tienen, pues, dos elementos constituyentes: la materia y la forma; y de tal manera unidas, que juntas estructuran al objeto real, con existencia independiente de las facultades cognoscitivas.
Éste es el realismo, defendido por Aristóteles contra los ataques del idealismo platónico, del relativismo sofista, del estatismo de Parménides, del movilismo de Heráclito, y del materialismo de Demócrito.
La psicología racional o filosófica surgió ya, sistematizada en los libros de Aristóteles titulados Peri psijés (Acerca del alma). Por “alma” entiende el principio que da la vida al cuerpo organizado. También las plantas y los vegetales tienen alma, pero de grado inferior. El alma vegetativa se encarga de las funciones de alimentación y reproducción. El alma sensitiva tiene, además, las funciones de conocimiento sensible, apetitos, y movimiento. Por fin, el alma humana es racional, posee el nous, entendido como potencial del conocimiento científico y como potencia deliberativa. Aristóteles, en su oposición a Platón rechaza la preexistencia del alma, con respecto al cuerpo. También insiste en que las funciones del alma vegetativa y sensitiva terminan con el cuerpo. Por tanto, parece que no se podría hablar de la inmortalidad del alma humana, sino sólo del nous.
Con Aristóteles surge la ética, que es la virtud propia del hombre, tenemos la capacidad deliberativa y de tomar la decisión más conveniente, los hombres tenemos la capacidad del análisis. “Soy bueno porque me porto bien”, no al contrario. Es la repetición de las buenas decisiones lo que genera en el hombre el hábito de comportarse bien, y en este hábito consiste la virtud.





Época Helenística

El estoicismo antiguo se elabora durante la época helenística, comprendida entre la muerte de Alejandro Magno y la conquista romana.
Durante este periodo, la civilización helénica se extiende y se impone entre los pueblos mediterráneos, pero de rechazo, se abre a las influencias orientales y abandona lo que tenía de más específicamente nacional, es decir, en primer lugar, el vínculo entre la civilización y la Ciudad. Es la época en que se eclipsa la autonomía de los Estados-Ciudades ante los imperios masivos de los sucesores de Alejandro, hasta que en el año 146 toda Grecia queda reducida a una provincia romana con el nombre de Achaea. Privado de su marco político natural, el individuo descubre su soledad; la cuestión de la felicidad individual se convierte en preponderante, y el único marco en el que se puede insertar esta felicidad será el universo, réplica a la vez filosófica y religiosa del cosmopolitismo político que se prepara entonces, hasta que los romanos, verdaderos “diadocos” de Alejandro, recojan su herencia y realicen su proyecto de un imperio universal.
Estos cambios políticos que, hasta finales del imperio romano, la filosofía antigua ha sido incapaz de interpretar y que aíslan al individuo al punto de suscitar, paradójicamente, un individualismo como medio de defensa contra el universalismo abstracto y opresivo de los imperios, van a modificar profundamente la filosofía, en su fin y en su estatuto social.
El aislamiento del individuo, su sentimiento de impotencia frente a las fluctuaciones políticas y sociales, el progresivo declinar de la Ciudad con los valores que estaban tradicionalmente ligados a ella, la aparición de los cultos orientales que relevarán a la religión de la Ciudad, dan origen a lo que a menudo se denomina ingenuamente el deseo de felicidad, pero que es susceptible de adoptar numerosas formas y que, en su fondo, es sobre todo deseo de estabilidad, de seguridad y de independencia. El cinismo, la única de las escuelas socráticas que conserva su vitalidad, muestra claramente que este deseo, en algunos, trataba de satisfacerse en la independencia total, basada en la destrucción crítica de todos los valores tradicionales, desdeñosa de toda “concepción del mundo”.
A otro nivel, la escuela contribuyó simplemente a la alfabetización; creó así un relativo y progresivo interés por la cultura: fundamentalmente siglo tras siglo, fue formando, por así decir, unos lectores potenciales. Los soldados se acostumbraron a leer carteles donde figuraban instrucciones y órdenes, los comerciantes pusieron por escrito las condiciones de sus negocios. Y en un mundo abierto, abocado al mar, cuando soldados o comerciantes se hallaban fuera de sus casas en viajes que duraban meses y hasta años, todo aquel que sabía leer acababa escribiendo cartas.
La filosofía helenística no se quedó al margen de la escolarización de la cultura. Pero el discurso filosófico ya antes había dado muestras de sectarización, de dirigirse a iniciados, a unos pocos discípulos.
El paso de Alejandro por Asia representó una ruptura histórica crucial, pero fue tras su muerte cuando los conflictos entre los herederos de su imperio dibujaron los contornos de lo que iba a ser, hasta Augusto, el mundo de los Estados helenísticos. Alejandro no tenía ningún hijo legítimo, pero sí tenía un hermanastro, Arrídeo, que era además bastardo y corto de entendimiento, y su viuda Roxana (que era iraní) esperaba un hijo, el cual, de ser varón, podría transformarse en un heredero directo.
Dos eventualidades preocupantes que dividieron en seguida a los babilonios era que cayera el Imperio, y, lo peor, que estuviera en manos de un bebé semi-iraní.
El Imperio ya no tenía cabeza legítima, pero la cuestión de saber si no aparecería una, fuera de la dinastía, estaba desde entonces tácitamente planeada; y si nadie pensaba en ello para sí mismo, cada uno podía sospechar que los demás lo hacían.
En cuanto a las corrientes filosóficas, se forman cuatro escuelas:
1)    Cinismo
2)    Escepticismo
3)    Epicureísmo
4)    Estoicismo
Todas estas estaban en búsqueda de la felicidad. Cada una de ellas tenía un nutrido grupo de alumnos, y lo consideraban, más que una escuela, un estilo de vida.
Durante el Imperio Romano se le da más importancia al papel que ejercen las mujeres en la sociedad. Surge aproximadamente al nacimiento de Cristo, por lo cual, es una época en que la religión católica comienza a tomar cada parte de la cultura del momento.
Quienes se encargaban de las ciencias y el conocimiento eran los miembros del clero, y para poder acceder a estos conocimientos, se tenía que ser monje o santo.
Alejandro Magno establece gobernantes para cada una de las tierras, que pronto se convertirían en los desencadenantes de las guerras por territorios.



















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