jueves, 17 de marzo de 2011

Edad Media

San Agustín
Nació en Tagaste (África) en el año 354. Muere en 430. Estudió retórica en Cartago. Perteneció a la sexta de los maniqueos. En Roma enseñó retórica. También en Milán, donde entró en contacto con la filosofía neoplatónica. Sus obras fueron: Las confesiones, Sobre el libre albedrío, Sobre la Trinidad, La Ciudad de Dios, sobre la verdadera religión.





Importancia y formación filosófica:
1.- San Agustín pone los fundamentos de la filosofía cristiana, explicando con profundidad las relaciones entre fe y razón. Los tanteos y vacilaciones del pensamiento filosófico de San Agustín hallarán respuesta en Santo Tomás, que asimila y perfecciona la doctrina augustiniana.
• La filosofía de San Agustín representa el esfuerzo de la fe cristiana que busca una mayor inteligencia de su propio contenido, con ayuda de un instrumento filosófico formado sobre todo en base al neoplatonismo de Plotino.
• Su formación filosófico-neoplatónica procede de los dos años anteriores a su conversión. Poco a poco se fue sirviendo menos de esa filosofía, que siempre concibió como subordinada a la fe.
• San Agustín ocupa un lugar sobresaliente en la transmisión del neoplatonismo al occidente medieval.
2.- La lectura de Cicerón, sus contactos con el maniqueísmo y el neoplatonismo constituyen el complejo camino intelectual anterior a la conversión.
La filosofía agustiniana como itinerario hacia Dios y la felicidad:
1.- El pensamiento austiniano está relacionado con la interioridad y con la búsqueda de la felicidad. Se inspira en el anhelo del hombre que busca a Dios en todo y por encima de todo.
• Dios y la felicidad de encontrarle constituyen el único fin del filosofar. El mundo sólo le interesa en cuanto le conduce a la propia interioridad y por medio de ella hasta Dios.
• Sólo el que es verdaderamente feliz es el auténtico filósofo, y sólo el cristianismo puede ser feliz, porque es el único capaz de poseer el Sumo Bien.
2.- El medio para conseguir la felicidad es la posesión de la Verdad, que de modo completo sólo se encuentra en el cristianismo.
• San Agustín estudió las relaciones de la fe y de la razón basado en su propia experiencia espiritual: la fe es como una meta de la especulación, y al mismo tiempo punto de partida para nuevas especulaciones.
• “Intellige ut credas” (demostración de la credibilidad) y “crede un intelligas” (el deseo de conocer mejor lo que ya se cree, origina una actitud positiva ante la filosofía, que debe ser el instrumento).
3.- El conocimiento de Dios es universal y natural: el que no conoce a Dios es culpable, pues esa ignorancia es fruto de las malas pasiones y del influjo de la voluntad desviada.
• Para los que tienen un corazón limpio, la recta razón y buena disposición ante la Revelación, la existencia de Dios se conoce con facilidad.

Cristianismo y filosofía:
• Para los endurecidos y los insensatos, antes de acercarles a Dios por medio de argumentos, hay que llevarles a la fe, que es el primer paso que conduce a Dios.
• Los diversos argumentos que presenta San Agustín para llegar a Dios se reducen a una sola prueba, cuyo itinerario es: de lo exterior a lo interior, y, después, de todo este mundo inferior ascender a lo superior; una vez que se ha llegado a Dios no es necesario repetir el proceso en todos sus pasos.
• Un punto importante de este itinerario es la inmutabilidad de buena parte de nuestros conocimientos que contrasta con la mutabilidad del mundo exterior y de nuestras sensaciones. La inmutabilidad en el campo intelectual exige algo que no cambia: la Verdad inteligible, necesaria, inmutable y eterna que es Dios.
• Los argumentos de San Agustín conducen a Dios como verdad inmutable, como Sol inteligible y Maestro interior del alma.
4.- El nombre más propio de Dios es “Qui est”. Dios es el Ser mismo entendido como esencia plena: lo que es siempre lo mismo.

La creación y el ejemplarismo:
• Por su mutabilidad, las cosas muestran que han sido creadas por Dios de la nada: entre “El que es” y todas las cosas que no son Dios, media un infinito vacío metafísico que separa la completa autosuficiencia de Dios de la intrínseca falta de consistencia de los existentes creados.
• Todas las cosas han sido creadas por un acto de la voluntad divina, que las ha sacado de la nada a todas a la vez. Todos los seres futuros están contenidos en la materia como “razones seminales”, que se desarrollarían según el plan previsto por Dios.
• Los modelos eternos o ideas de las cosas creadas están contenidos en el Verbo (corrección cristiana de San Agustín a la concepción platónica de las Ideas).
• Las Ideas, consustanciales con la esencia divina, son fundamento y fuente del ser: fundamento inmutable de las realidades mutables y contingentes del mundo sensible y fuente también de verdad e inteligibilidad.

El hombre:
1.- Entre las criaturas, las superiores son los ángeles, cuya existencia conocemos sólo por la fe. El hombre, según San Agustín, en cuanto a su naturaleza es muy poco inferior al ángel.
2.- El hombre es una sustancia completa, compuesta de alma y cuerpo; pero ya la sola alma es una sustancia racional completa hecha para gobernar un cuerpo, sustancia también completa de suyo. Esto plantea dificultades a San Agustín en su explicación de la unidad sustancial del hombre y a la hora de explicar las relaciones entre alma y cuerpo.
• El alma está presente toda entera en todo el cuerpo, mediante su continua acción vivificadora sobre él.
• En la sensación, el alma, que participa de la luz divina, atendiendo a las modificaciones del cuerpo, forma en sí una semejanza de la cosa, ya que el cuerpo no puede actuar sobre el alma.
• El objeto del conocimiento sensible son las realidades mudables. Por tanto, no pueden proceder de ese ámbito los conocimientos verdaderos en sentido propio, es decir, necesarios y estables.
• Estas verdades necesarias, inmutables y eternas, las encuentra el alma en sí misma, pero ella no puede ser su fuente, porque juzga según ellas y son, además, algo superior.
• Esas verdades están en el hombre porque Dios es el Maestro interior el Sol inteligible que ilumina nuestra inteligencia y le da a participar los mismos objetos inteligibles o ideas (doctrina de la iluminación).
• A diferencia de todo lo exterior que se capta con la ayuda de los sentidos, el alma se capta por vía puramente interior.
3.- San Agustín declara que no conoce el modo concreto en que el alma ha sido creada: o desde el principio en las “razones seminales”, o inmediatamente por Dios para cada hombre, o confiadas desde el principio a los ángeles para que éstos las infundan al cuerpo en el momento preciso.
4.- El fin futuro del alma es la visión de Dios. El alma es inmortal. El alma es indestructible, porque es asiento de la verdad inmutable y porque su contrario –el error- no es capaz de destruirla.
El mal y la libertad:
1.- Toda la realidad es buena en la medida en que es. El mal no puede considerarse ser: se define frente al bien, sin el cual no podría existir, ya que es precisamente privación de ser y de bien.
• Los males naturales o físicos no son propiamente males, sino privaciones parciales queridas por Dios en vista del bien total del universo.
• El único mal verdadero es el mal moral, el pecado, que procede de la libre voluntad de las criaturas racionales.
2.- La voluntad humana considerada en sí misma buena; sólo es mala en cuanto privada del orden debido, por el pecado.
• La voluntad creada es falible: libre albedrío es en sí mismo un buen y condición para la bienaventuranza, pero comporta el riesgo del pecado.
• La rebelión del cuerpo contra el alma es consecuencia del pecado original que proceden de la concupiscencia y la ignorancia. El alma, orientada desde entonces a lo sensible, se agota al producir imágenes y termina tomándose a sí misma por un cuerpo.
3.- San Agustín comprendió la necesidad de la gracia para poder salir del pecado y cumplir de la ley de Dios. La gracia restituye al libre albedrío eficacia para hacer el bien.
• La libertad consiste en poder usar bien del libre albedrío.
• La libertad es mayor cuanto más unido está el hombre a Dios, y, por tanto, menos puede realizar el mal.

Influjo en Santo Tomás:
Santo Tomás distingue la autoridad de San Agustín en cuanto doctor de la fe y en cuanto a filósofo.
Santo Tomás acepta el trascendentalismo causal y el ejemplarismo divino, así como su solución al problema del mal. Tiene reservas con respecto a ciertas explicitaciones posteriores de la metafísica agustiana sobre la estructura metafísica de la creatura y en especial sobre la teoría de la iluminación.


Santo Tomás
El representante de la edad media baja es Santo Tomas de Aquino que es del año (1100-1350).

Fue un teólogo y filósofo católico perteneciente a la Orden de Predicadores, y es el principal representante de la tradición escolástica, y fundador de la escuela tomista de teología y filosofía. Es conocido también como Doctor Angélico y Doctor Común. Por otro lado, es considerado santo por la Iglesia Católica. Su trabajo más conocido es la Suma Teológica, tratado en el cual pretende exponer de modo ordenado la doctrina católica. Canonizado en 1323, fue declarado Doctor de la Iglesia en 1567 y santo patrón de las universidades y centros de estudio católicos en 1880. Su festividad se celebra el 28 de enero.
La obra escrita de Tomás de Aquino es inmensa. Sus obras más extensas, y generalmente consideradas más importantes y sistemáticas, son sus Sumas: la Summa Theologiae, la Summa contra Gentiles y su Scriptum super Sententias. Aunque el interés y la temática principal siempre es teológico, cuenta también con varios comentarios a obras filosóficas, con obras filosóficas, polémicas o liturgias. A lo largo de la historia se le han atribuido obras espurias, que con el paso del tiempo han dejado de ser consideradas de su autoría. Así, sus obras se encuentran divididas en:
Tres síntesis teológicas, o summas Nueve tratados en la forma de disputas académicas Doce disputas quodlibetales
Nueve exégesis sobre las Sagradas Escrituras
Una colección de glosas de los Padres de la Iglesia sobre los Evangelios
Once exposiciones sobre los trabajos de Aristóteles

Dos exposiciones de trabajos de Boecio
Dos exposiciones de trabajos de Proclo Cinco trabajos polémicos
Cinco opiniones expertas, o responsa Quince letras sobre teología, filosofía o temas políticos Un texto litúrgico
Dos oraciones famosas Aproximadamente 85 sermones Ocho tratados sobre teología

El pensamiento del Aquinate partía de la superioridad de las verdades de la fe, sin embargo, ello no le impidió presentar a la filosofía como un modo de conocimiento plenamente autónomo capaz de por un lado, concordar armónicamente con la teología y, por el otro, de tratar de forma independientemente los más diversos aspectos de la realidad.
Se puede analizar su pensamiento de acuerdo a dos etapas:
Primera (1245–1259). En este período predominan las influencias Platónicas (Avicena y Alberto Magno) y las neoplatónicas (Agustín de Hipona y el pseudo Dionisio).
Entre las obras más importantes de esta etapa podemos destacar: los comentarios a las obras de Pedro Lombardo, Boecio (Sobre la Trinidad), el opúsculo titulado De ente et essentia y el libro primero de la Suma contra Gentiles. La función de esta obra era servir de apoyo a los predicadores que tenían que discutir con judíos y musulmanes, valiéndose de argumentos racionales y filosóficos sin tener que basarse sólo en la fe.
Segunda (1259–1273). Sin cambiar su pensamiento precedente, domina en el filósofo el pensamiento aristotélico, logrando una síntesis entre platonismo y aristotelismo. Así comenta ampliamente la Ética a Nicómaco.
En este momento la universidad de París atraviesa un momento de gran inestabilidad que se manifiesta en la pugna entre franciscanos, de orientación agustiniana, y los dominicos, con fuertes influencias aristotélicas.
Tomás de Aquino realiza en esta etapa toda una síntesis de los problemas filosóficos más discutidos (fe–razón, creación, política). Entre sus obras podemos destacar: finaliza la Suma contra los gentiles, cuestiones disputadas sobre el mal, sobre el alma, opúsculos contra los averroístas, como De aeternitate mundi y el De unitate intellectus. La obra más importante de Tomás de Aquino es la Summa Theologiae (1265–1272), en la que logra una sistematización entre teología y filosofía.
La principal influencia recibida por Tomás de Aquino se encuentra en Aristóteles. De él toma la teoría hilemórfica, y sus aplicaciones en la antropología y epistemología, como la idea de que el alma y el cuerpo forman una única sustancia aunque se separa del filósofo griego al considerar que el alma es inmortal. También asume de Aristóteles la diferenciación de seres en acto o en potencia o la tesis de que es la forma la que ordena y estructura la materia. Aplica la teoría del ser a Dios, diciendo que Dios es el ser total, causa de todo pero cambia la noción aristotélica de un Dios exclusivamente ordenador de un Universo eterno por la noción cristiana de un Dios creador del Universo desde la nada (Creatio ex nihilo). Toma influencias de su teoría del conocimiento que comienza con la experiencia sensible y se termina con la abstracción donde se llega al conocimiento de lo universal. También toma influencias en sus planteamientos éticos, en la idea de felicidad como fin último, el cual constituye el bien supremo; o las virtudes que se entienden como medio para llegar a ese fin. Toma influencias de la teología natural de Aristóteles. Todo ello lo recibe gracias a su maestro, Alberto Magno.
De Agustín de Hipona recibe dos de sus causas que explican la existencia de Dios, la que se explica en la primera vía, la del movimiento ya que ante esto tiene que haber algo inmóvil; y la de la perfección. De Platón toma su idea de «participación» para explicar la relación entre el ser y los seres, del mismo modo que Platón explicaba la relación de las ideas con las cosas. Recibe influencias del pensamiento musulmán como de Avicena de quien toma la distinción de esencia y existencia y la vía de la contingencia, o de Averroes, de quien asume al menos algunos aspectos suyos en cuanto al problema de los universales, parte de su teoría del conocimiento, sobre el conocimiento divino de los seres particulares, sobre la inmaterialidad del primer motor, sobre Dios como acto puro y sobre el principio de individuación.
La repercusión posterior ejercida por Tomás de Aquino ha sido inmensa y se comprueba ya que su doctrina fue prácticamente el pensamiento oficial de la iglesia durante muchos siglos.
Con respecto a la ley natural, si bien no es una postura exclusiva de Tomás de Aquino, el concepto tiene un rol central en la postura oficial de la Iglesia. Aparece en el Derecho internacional gracias a los aportes hechos por tomistas de la segunda escolástica.

GUILLERMO DE OCKHAM (1290-1349)
Guillermo de Ockham se unió a la orden franciscana, siendo joven se educó primero en el convento franciscano y luego en Oxford. No acabó sus estudios en Oxford, pero en este periodo y los años que siguieron escribió obras filosóficas y teológicas.


Sus ideas se convirtieron en una controversia. Tradicionalmente se ha considerado que fue convocado a Aviñón en 1324 por el Papa Juan XXII acusado de herejía, y pasó cuatro años allí bajo arresto, mientras sus enseñanzas y escritos eran investigados.
Fue hasta 1327 cuando fue realmente convocado ante el Papa para responder por los cargos presentados ante una comisión de expertos (sin representación franciscana), pero ningún arresto domiciliario siguió a este ejercicio, no emitiendo juicio alguno el Papa. Algún tiempo después del 9 de abril de 1328, ante el ruego de Miguel de Cesena, dirigente de la Orden franciscana, Ockham estudió la controversia entre los franciscanos y el Papado sobre la doctrina de la pobreza apostólica, que se había convertido en principal para la doctrina franciscana, pero que era considerada dudosa y posiblemente herética tanto por el Papado como por los dominicos. Ockham concluyó que el Papa Juan XXII era un hereje, posición que defendió más tarde en su obra.
Antes de esperar al dictamen sobre la herejía de su filosofía, Guillermo huyó de Aviñón el 26 de mayo de 1328 llevándose el sello de la orden franciscana; se dirigió a Pisa con Miguel de Cesena y otros frailes.
Finalmente conseguirían la protección del emperador Luis IV de Baviera. Tras su huida de la corte papal, Ockham fue excomulgado. Guillermo pasó gran parte del resto de su vida escribiendo sobre asuntos políticos, incluyendo la autoridad y derechos de los poderes temporal y espiritual. Se convirtió en el líder de un pequeño grupo de disidentes franciscanos en la corte de Luis en 1342, tras la muerte de Miguel de Cesena.
Su aportación consistió en revitalizar el empirismo, abriendo el análisis psicológico lo que hasta entonces había estado reservado a la metafísica.
Ockham afirmaba que el conocimiento comienza con actos de “conocimiento intuitivo”, un conocimiento directo e infalible de los objetos del mundo. Se deshizo del problema metafísico que tanto preocupaban a Platón, Aristóteles y los pensadores medievales.
¿Cómo puede cada objeto particular participar de una idea o esencia trascendente? Ockham sustituyó esa pregunta por otra de carácter psicológico: ¿Cómo formamos conceptos universales si sólo tenemos conocimiento cierto de los objetos particulares? Su respuesta fue que la mente percibe semejanzas entre los objetos y, basándose en ellas, los clasifica.
Ockham negaba la distinción entre el alma y sus facultades. Ockham decía que el alma no tiene la facultad de la voluntad o el intelecto, si no que llamamos facultad simplemente a un tipo de acto mental. El término voluntad describe el alma en el acto volitivo, y el término intelecto describe el alma en el acto de pensar. Ockham siempre simplificó al máximo sus explicaciones, eliminando todo lo que no fuera esencial. Por eso se le conoce como “la navaja de Ockham”, aunque la idea era de Aristóteles. Ockham consideraba las facultades como reificaciones innecesarias de los actos mentales en entidades mentales independientes de la mente. El hábito era fundamental en su concepción de la mente.
Los conceptos eran hábitos aprendidos, ideas que procedían de la experiencia. Son los hábitos los que hacen posible la idea de un pensamiento independiente de los objetos realmente percibidos. No podemos pensar en las Ideas, puesto que no existen. En cambio pensamos en conceptos adquiridos por hábito sin los cuales seríamos animales limitados simplemente a reaccionar ante los estímulos del exterior.
Ockham fue el primer pensador, que adjudicó la responsabilidad a los hábitos; pero él no era conductista, porque para el los hábitos eran mentales, no respuestas del cuerpo.
Estableció una distinción radical entre Fe y Razón, Señaló que no hay base alguna en la experiencia para creer que existe un alma humana inmaterial e inmortal, esta contribuyó al nacimiento de la ciencia.
Murió el 9 de abril de 1349 en el convento franciscano de Múnich.

jueves, 10 de febrero de 2011

Platón
Platón nació en el seno de una familia aristocrática ateniense hacia el año 427 a.C. Durante su juventud estuvo en estrecho contacto con Sócrates, un pensador algo excéntrico que, sin haber escrito nada, le imprimió un nuevo rumbo a la filosofía de su tiempo.
Sin embargo, existe un momento en la historia de Platón, en el que se aleja de su maestro. Pronto comienza a descartar sus ideas y a exponer las propias como una manera de contradecir a Sócrates.
Después de la muerte de Sócrates un grupo de seguidores mantuvo viva su viva su memoria escribiendo y difundiendo “conversaciones socráticas”. A este grupo pertenecía Platón, el más fecundo de dichos escritores. Si bien al comienzo Platón compuso diálogos que probablemente recrean la figura del Sócrates histórico, paulatinamente fue poniendo en boca del personaje llamado “Sócrates” sus propias ideas. A fin de llevar a cabo su ideal de que el poder político fuese ejercido por quienes poseen el saber filosófico, Platón viajó en tres ocasiones a la corte de Siracusa donde sus esfuerzos por lograr que los gobernantes ajustaran sus actos a los dictámenes de la filosofía fracasaron totalmente.
Al regresar a Sócrates, dice, igual que él, que cualquier conocimiento debía justificarse de manera racional, debía haber una explicación lógica. Y así, surge como consecuencia el estudio de la lógica y de la razón. Así surge “el mundo de las ideas”, el cual intentaba explicar qué forma tenía un fenómeno.  En el libro VII de la República, Platón narra lo siguiente: En una caverna oscura están varios prisioneros atados, desde la infancia; no pueden ver la luz del día ni los objetos y las personas del exterior. Sólo captan unas sombreas que se proyectan en el fondo de la caverna; afuera hay un camino, y, más lejos, un fuego, que origina estas sombras. Unos de los prisioneros escapa y, al principio, queda deslumbrado por la luz del día. Poco a poco se acostumbra a ver y a mirar, maravillado, los objetos y personas que antes ni sospechaba. Vuelve con sus compañeros, pero éstos no creen lo que les narra; están convencidos de que la única realidad es lo que ven en el fondo de la caverna. La explicación del mito es como sigue: Los prisioneros representan a la mayor parte de la humanidad; la caverna es este mundo sensible; el exterior es el mundo intelectual de las Ideas; el fuego representa la Idea más perfecta, que es el Bien. En este mundo se capta, sensiblemente, sólo las sombras de la verdadera y perfecta realidad, que está en un mundo aparte, invisible a nuestras captaciones cotidianas. El prisionero que se escapa es figura del filósofo, que tiene la intuición de las Ideas. Pero su enseñanza entre la gente queda simbolizada con el  desprecio de los demás prisioneros ante sus narraciones acerca de un mundo superior.
Según esta teoría:
Una idea tiene una esencia     ser      entonces existe       las cosas existen si tienen una esencia
Las ideas que defendía Platón eran: la sabiduría, la bondad, la belleza, la justicia y el valor. Y todo esto existe, ya que Platón lo demostró, pues las esencias están en el alma, según lo que él decía.
En sus viajes a Sicilia, Platón trabó amistad con grupos de pitagóricos del sur de Italia quienes despertaron y estimularon su interés por las matemáticas. De regreso a Atenas después de su primer viaje, Platón fundó la Academia, un centro de estudios al cual acudían los jóvenes. Uno de ellos fue un talentoso adolescente procedente de Estagira llamado Aristóteles. Platón enseñó en la Academia hasta su muerte en el año 347 a.C.
El objeto de estudio de Platón era buscar siempre la justicia. Y él definía el término de justicia como el hecho de obtener en la vida lo que uno se merece. Platón sabía que tenía la capacidad de mover masas, así que esto, el concepto y la definición de Justicia, lo decía para que todos fueran capaces de hacer el bien sin esperar algo a cambio. Para él lo importante era obtener placer con el simple hecho de hacer las cosas. Decía que no había que hacer el bien para recibir fama.
Platón escribió también acerca de la epistemología, la que él consideraba como el estudio del conocimiento, y este estudio del conocimiento, unos cuantos siglos después dio origen a la psicología cognitiva.
Luchaba contra el escepticismo, y así fue que la gente empezó a creer lo que no podía percibir, pero pronto se retracta. Comienza a buscar que la gente crea en algo (contra lo que él mismo había creado) pues la gente comenzó a comportarse sin temor a Dios.
Platón es el responsable de crear el “Realismo”. Este fue fundado por el mundo de las ideas y su comprobación. Para él las ideas existían realmente como objetos no físicos.
En uno de sus escritos, Platón hace una metáfora de cómo creía él que estaba constituida la mente de un hombre. Para él el hombre era jalado por dos caballos. Había un caballo desbocado, que era lo que Platón denominaba como “alma apetitiva”, había también un caballo de buen porte, para él, el “alma irascible”, y quien llevaba las riendas y podía y debía controlar a los dos caballos, era el “alma racional”.
En resumen, las características de las Ideas son opuestas a las de las cosas del mundo sensible. Las Ideas son subsistentes (existen independientemente de la materia y del conocimiento), perfectas, eternas, inmutables, espirituales, inteligibles, universales. Por contraposición, las cosas de este mundo son una participación de las Ideas, y son imperfectas, temporales, mudables, materiales, sensibles, singulares.





Aristóteles
Aristóteles nació en 384 a.C., en Estagira (Macedonia), y murió en 322. Fue el más famoso discípulo de Platón, preceptor de Alejandro Magno, y fundador de una nueva escuela filosófica, llamada el Liceo.
Su pensamiento es sistemático, ordenado, y escrito en un estilo árido completamente opuesto al de su maestro Platón. De primera importancia, en la línea central de su pensamiento, es la oposición contra el Idealismo platónico. En este sentido se menciona a Aristóteles como prototipo de pensador realista. El centro de la filosofía aristotélica está en la sustancia, verdadero ente real, que captamos entre nosotros y que existe independientemente del conocimiento. Busca la razón y la verdad a través de la observación empírica. Todo lo que se puede comprobar, será cierto.
Aristóteles se formó como médico y biólogo naturalista, y así, él decía que el hombre debía estudiarse desde la biología. Era un filósofo dualista. Decía que el alma y el cuerpo son dos entidades diferenciadas, y retoma de Platón que el alma es inmortal y el cuerpo es corruptible.
La teoría de las Ideas de Platón fue objeto de duros ataques por parte de Aristóteles. Desde el punto de vista del conocimiento, rechaza la existencia de ideas innatas. “Todo lo que está en la inteligencia ha pasado por los sentidos”, reza su famoso lema. El conocimiento intelectual se obtiene a partir del conocimiento sensible, y no es que éste sólo sirva como ocasión para que surja la idea, sino que el dato sensible trae consigo los datos inteligibles, los cuales son inadvertidos por los sentidos, pero, luego, iluminados y captados por la inteligencia. Éste es grosso modo el proceso de la abstracción.
El realismo de Aristóteles consiste, pues, en el rechazo de un mundo separado de Ideas identificadas como el autentico valor y ser. Lo verdadero, lo real, lo valioso, es este mundo, y allí hay por lo menos dos estratos, cognoscibles por los sentidos y por la inteligencia, respectivamente.
Las sustancias de este mundo tienen, pues, dos elementos constituyentes: la materia y la forma; y de tal manera unidas, que juntas estructuran al objeto real, con existencia independiente de las facultades cognoscitivas.
Éste es el realismo, defendido por Aristóteles contra los ataques del idealismo platónico, del relativismo sofista, del estatismo de Parménides, del movilismo de Heráclito, y del materialismo de Demócrito.
La psicología racional o filosófica surgió ya, sistematizada en los libros de Aristóteles titulados Peri psijés (Acerca del alma). Por “alma” entiende el principio que da la vida al cuerpo organizado. También las plantas y los vegetales tienen alma, pero de grado inferior. El alma vegetativa se encarga de las funciones de alimentación y reproducción. El alma sensitiva tiene, además, las funciones de conocimiento sensible, apetitos, y movimiento. Por fin, el alma humana es racional, posee el nous, entendido como potencial del conocimiento científico y como potencia deliberativa. Aristóteles, en su oposición a Platón rechaza la preexistencia del alma, con respecto al cuerpo. También insiste en que las funciones del alma vegetativa y sensitiva terminan con el cuerpo. Por tanto, parece que no se podría hablar de la inmortalidad del alma humana, sino sólo del nous.
Con Aristóteles surge la ética, que es la virtud propia del hombre, tenemos la capacidad deliberativa y de tomar la decisión más conveniente, los hombres tenemos la capacidad del análisis. “Soy bueno porque me porto bien”, no al contrario. Es la repetición de las buenas decisiones lo que genera en el hombre el hábito de comportarse bien, y en este hábito consiste la virtud.





Época Helenística

El estoicismo antiguo se elabora durante la época helenística, comprendida entre la muerte de Alejandro Magno y la conquista romana.
Durante este periodo, la civilización helénica se extiende y se impone entre los pueblos mediterráneos, pero de rechazo, se abre a las influencias orientales y abandona lo que tenía de más específicamente nacional, es decir, en primer lugar, el vínculo entre la civilización y la Ciudad. Es la época en que se eclipsa la autonomía de los Estados-Ciudades ante los imperios masivos de los sucesores de Alejandro, hasta que en el año 146 toda Grecia queda reducida a una provincia romana con el nombre de Achaea. Privado de su marco político natural, el individuo descubre su soledad; la cuestión de la felicidad individual se convierte en preponderante, y el único marco en el que se puede insertar esta felicidad será el universo, réplica a la vez filosófica y religiosa del cosmopolitismo político que se prepara entonces, hasta que los romanos, verdaderos “diadocos” de Alejandro, recojan su herencia y realicen su proyecto de un imperio universal.
Estos cambios políticos que, hasta finales del imperio romano, la filosofía antigua ha sido incapaz de interpretar y que aíslan al individuo al punto de suscitar, paradójicamente, un individualismo como medio de defensa contra el universalismo abstracto y opresivo de los imperios, van a modificar profundamente la filosofía, en su fin y en su estatuto social.
El aislamiento del individuo, su sentimiento de impotencia frente a las fluctuaciones políticas y sociales, el progresivo declinar de la Ciudad con los valores que estaban tradicionalmente ligados a ella, la aparición de los cultos orientales que relevarán a la religión de la Ciudad, dan origen a lo que a menudo se denomina ingenuamente el deseo de felicidad, pero que es susceptible de adoptar numerosas formas y que, en su fondo, es sobre todo deseo de estabilidad, de seguridad y de independencia. El cinismo, la única de las escuelas socráticas que conserva su vitalidad, muestra claramente que este deseo, en algunos, trataba de satisfacerse en la independencia total, basada en la destrucción crítica de todos los valores tradicionales, desdeñosa de toda “concepción del mundo”.
A otro nivel, la escuela contribuyó simplemente a la alfabetización; creó así un relativo y progresivo interés por la cultura: fundamentalmente siglo tras siglo, fue formando, por así decir, unos lectores potenciales. Los soldados se acostumbraron a leer carteles donde figuraban instrucciones y órdenes, los comerciantes pusieron por escrito las condiciones de sus negocios. Y en un mundo abierto, abocado al mar, cuando soldados o comerciantes se hallaban fuera de sus casas en viajes que duraban meses y hasta años, todo aquel que sabía leer acababa escribiendo cartas.
La filosofía helenística no se quedó al margen de la escolarización de la cultura. Pero el discurso filosófico ya antes había dado muestras de sectarización, de dirigirse a iniciados, a unos pocos discípulos.
El paso de Alejandro por Asia representó una ruptura histórica crucial, pero fue tras su muerte cuando los conflictos entre los herederos de su imperio dibujaron los contornos de lo que iba a ser, hasta Augusto, el mundo de los Estados helenísticos. Alejandro no tenía ningún hijo legítimo, pero sí tenía un hermanastro, Arrídeo, que era además bastardo y corto de entendimiento, y su viuda Roxana (que era iraní) esperaba un hijo, el cual, de ser varón, podría transformarse en un heredero directo.
Dos eventualidades preocupantes que dividieron en seguida a los babilonios era que cayera el Imperio, y, lo peor, que estuviera en manos de un bebé semi-iraní.
El Imperio ya no tenía cabeza legítima, pero la cuestión de saber si no aparecería una, fuera de la dinastía, estaba desde entonces tácitamente planeada; y si nadie pensaba en ello para sí mismo, cada uno podía sospechar que los demás lo hacían.
En cuanto a las corrientes filosóficas, se forman cuatro escuelas:
1)    Cinismo
2)    Escepticismo
3)    Epicureísmo
4)    Estoicismo
Todas estas estaban en búsqueda de la felicidad. Cada una de ellas tenía un nutrido grupo de alumnos, y lo consideraban, más que una escuela, un estilo de vida.
Durante el Imperio Romano se le da más importancia al papel que ejercen las mujeres en la sociedad. Surge aproximadamente al nacimiento de Cristo, por lo cual, es una época en que la religión católica comienza a tomar cada parte de la cultura del momento.
Quienes se encargaban de las ciencias y el conocimiento eran los miembros del clero, y para poder acceder a estos conocimientos, se tenía que ser monje o santo.
Alejandro Magno establece gobernantes para cada una de las tierras, que pronto se convertirían en los desencadenantes de las guerras por territorios.



















Períodos históricos y personajes célebres

La antigua Grecia: La edad del Bronce (3000-1200 A.C) y la Edad Oscura
(1200-700 A.C.)
En esta época la sociedad dominante eran los guerreros.
Se valoraba a los hombres con la fuerza física.
Los esclavos, las mujeres, los niños, los pobres, no alcanzaban la virtud porque no podían estar en batalla.
Historias de la Ilíada y La odisea de Homero, estas explican el comportamiento humano, y son historias de batallas, amor y demás.
En la Ilíada aparece el término “Psyché”- que es el “aliento de vida” o “alma”.
También aparece la palabra “Frénes”- y a esta se le conocía como las características que se encontraban dentro del alma.
 “Thymos”- a lo que estaba ubicado en el “corazón”, y ahí tambié se ubicaban los sentimientos.
“Nous”- percepción: El estudio de lo que vemos, oímos etc… de la sensación y percepción.

La Antigua Grecia: La era Arcaica (700-500 A.C.)
En esta edad surge una nueva organización política, social, o pólis.
En esta edad toda la gente que era Aristócrata, Guerrera o pensantes, eran virtuosos y por lo tanto tenían derecho a podar vivir en las polis.
Comienzan los primeros libros de derecho y la “Democracia”.
Comienza la “falange”  que eran las clases sociales de los guerreros.
Comienza la “Sofrosyne”: que es el autocontrol en las personas, muy importante para los hombres.
Empezaron a dejar entrar gente del pueblo a la polis, a los que tenían sofrosyne, porque los hacía virtuosos.
Aristóteles fue el primero en entrar a la Polis por tener sofrosyne.
Empiezan a salir nuevos oficios y a conocer la filosofía.
De la religión Judía sacamos el termino “alma” y el que lo retoma es Platón.
Las cuatro herencias:
Pensamiento racional
Belleza
Democracia
Hedonismo
Surgen los sofistas. Que son los que empiezan la educación superior.
Sofismo: es el arte de la retórica, de persuadir, de convencer.
Filos: amor a la sabiduría.
La filosofía se divide en dos áreas.
Ciencias sociales y Ciencias Naturales.
La Antigua Gracia: El periodo Clásico (500-323 A.C)
El contexto social: el imperio y la guerra
Cuando las ciudades-estado griegas se fueron estableciendo y colonizaron el mediterráneo, entraron en conflicto con el imperio persa. Los persas intentaron en varias ocasiones conquistar Grecia.
Las guerras medicas también desvelaron la inmensa debilidad política del sistema de las polis: los griegos nunca estuvieron totalmente unidos contra los persas, si no que establecieron alianzas a corto plazo que les animaban a disputarse la supremacía entre ellos. Los principales rivales fueron Esparta, la mayor potencia militar en infantería y Atenas, la más grande y rica de todas las poleis.
Los Atenienses fueron víctimas del pecado griego denominado hybris, la soberbia. Se hacían llamar a si mismos los maestros de los griegos y otras ciudades griegas se sintieron amenazadas por la hegemonía ateniense.
Esparta derroto Atenas con la ayuda de los persas, pero la devastación, las perdidas y las muertes habían sido tan importantes que no podían decirse que hubiera un verdadero vencedor.
Sócrates
Sócrates fue un vagabundo que siempre estuvo en busca de la virtud y que molestaba a todos aquellos que sentían superiores. Era un filosofo moral pero no era sofista.
Sócrates dijo:<<No hago más que persuadiros tanto a jóvenes como a viejos, de que no os ocupéis del cuerpo ni del dinero tanto como de la excelencia del alma>> (Apología, 30a).
El método de enseñanza que Sócrates aplicaba era el de las preguntas a los jóvenes.
El quería acabar con toda la arrogancia imperialista y restaurar el autocontrol.
El planteó varias preguntas importantes sobre la motivación humana.